Consejos prácticos y medidas de seguridad para ayudar a los adultos mayores a navegar en línea de manera segura y evitar fraudes digitales.
La tecnología ha revolucionado nuestras vidas, brindándonos comodidades y acceso instantáneo a la información. Sin embargo, también ha abierto la puerta a nuevos tipos de fraudes, conocidos como ciberestafas, que afectan a personas de todas las edades, pero particularmente a las personas mayores. Este grupo demográfico suele ser más vulnerable debido a la falta de experiencia tecnológica, lo que lo convierte en un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes.
Exploremos estrategias efectivas para prevenir las ciberestafas en personas mayores y asegurar que naveguen en línea de manera segura.
Educación y concienciación
El primer paso para prevenir las ciberestafas es educar a las personas mayores sobre los riesgos en línea.
Organizar talleres comunitarios, charlas, sesiones informativas en centros para mayores o simplemente conversar sobre el tema en reuniones familiares puede marcar una gran diferencia.
Es crucial que las personas mayores reconozcan los signos de una posible estafa, como correos electrónicos sospechosos, mensajes de texto inesperados (SMS o Whatsapp) o llamadas telefónicas de desconocidos pidiendo información personal o financiera.
Uso de contraseñas seguras
Las contraseñas son la primera línea de defensa contra los ciberdelincuentes.
Asegúrate de que las personas mayores utilicen contraseñas fuertes, que incluyan una combinación de letras, números y símbolos.
Además, es recomendable cambiar las contraseñas regularmente y no utilizar la misma contraseña para múltiples cuentas.
Aplicaciones de administración de contraseñas pueden ser útiles para mantener y recordar las contraseñas de manera segura. Si se utilizan las típicas App de notas, es imprescindible proteger el acceso a la nota con contraseña para no exponer la información a cualquiera.
Reconocimiento de correos electrónicos y mensajes sospechosos
Las ciberestafas a menudo comienzan con correos electrónicos o mensajes falsos que parecen legítimos.
Enseñar a las personas mayores a verificar la dirección de correo electrónico del remitente, no abrir enlaces ni descargar archivos adjuntos de correos no solicitados, y ser cautelosos con los mensajes que solicitan información personal es vital.
Los bancos y organizaciones legítimas nunca pedirán información confidencial por correo electrónico. Cualquier intento de solicitud de información sobre contraseñas o acceso a entidades bancarias a través de un email, es sin duda algo que el banco nunca solicita y por lo tanto es un intento de phishing que puede acabar en un acceso no deseado a la cuenta del usuario. No haga nunca caso de estos mensajes y se deben borrar directamente.
Instalación de software de seguridad
El software antivirus y antimalware puede proteger contra programas maliciosos que intentan acceder a la información personal.
Asegúrate de que los dispositivos utilizados por las personas mayores tengan un software de seguridad actualizado y que las actualizaciones automáticas estén habilitadas.
Además, un buen firewall puede bloquear el acceso no autorizado a sus dispositivos.
Uso de autenticación de dos factores
La autenticación de dos factores (2FA) puede ser un engorro, igual que lo son las contraseñas en general, pero añade una capa adicional de seguridad al requerir no solo una contraseña, sino también un código que se envía al teléfono móvil u otro dispositivo o que podemos validarlo utilizando alguna App de verificación en dos pasos.
Este método hace que sea más difícil para los estafadores acceder a las cuentas, incluso si logran obtener la contraseña.
Creación de un entorno de comunicación abierto
Es importante que las personas mayores sientan que pueden hablar abiertamente sobre cualquier situación sospechosa que encuentren en línea.
Fomentar la comunicación con familiares, amigos y cuidadores sobre sus actividades en línea puede ayudar a detectar intentos de fraude a tiempo.
Las personas mayores deben saber que no hay vergüenza en pedir ayuda o consejo cuando algo no parece estar bien. Ellos nos han enseñado a andar, comer y hablar, ahora es el momento de devolverles lo que nos enseñaron con nuevos conocimientos que ellos necesitan para actuar en este nuevo mundo tecnológico.
Cuidado con las ofertas demasiado buenas para ser verdaderas
Los estafadores a menudo utilizan tácticas para tentar a las víctimas con ofertas de grandes premios, herencias inesperadas o inversiones con altas ganancias.
Es crucial enseñar a las personas mayores a ser escépticas ante tales ofertas, especialmente si requieren pagos por adelantado o la divulgación de información financiera.
En caso de duda, es mejor investigar a fondo o consultar con alguien de confianza antes de proceder.
Muchos de estos anuncios se cuelan en redes sociales habituales como pueden ser Instagram, Facebook, TikTok, etc. Parecen anuncios completamente legales pero acaban siendo estafas que tras pagar no se obtiene absolutamente nada.
Uso de redes Wi-Fi seguras
Evitar el uso de redes Wi-Fi públicas para realizar transacciones bancarias o ingresar a cuentas personales es una medida preventiva esencial.
Las redes públicas a menudo no son seguras, y los ciberdelincuentes pueden interceptar fácilmente la información transmitida a través de ellas.
Es preferible utilizar redes protegidas con contraseña o una red privada virtual (VPN) o la propia red de datos del teléfono móvil, si estamos conectando con el smartphone.
Monitoreo de cuentas bancarias y financieras
Revisar regularmente los estados de cuenta bancarios y financieros puede ayudar a detectar rápidamente cualquier actividad sospechosa.
Es muy recomendable que las personas mayores o sus cuidadores habiliten alertas automáticas para transacciones inusuales y estén atentos a cualquier cargo no autorizado.
Recurso de ayuda en caso de estafa
Finalmente, es fundamental que las personas mayores sepan a dónde acudir en caso de ser víctimas de una estafa.
Esto puede incluir contactar a la policía local y otros cuerpos de seguridad como policía nacional o guardia civil, informar al banco o proveedor de servicios en línea, y buscar organizaciones de apoyo que puedan ofrecer asesoramiento y asistencia.
Todos los cuerpos de seguridad tanto a nivel nacional como en las respectivas comunidades autónomas, disponen de un departamento que persigue las ciberestafas y investiga posibles ciberdelincuentes.
Conclusiones
La prevención de ciberestafas en personas mayores requiere una combinación de educación, tecnología y apoyo comunitario.
Al implementar estas medidas y mantener una actitud de vigilancia y precaución, podemos ayudar a proteger a nuestros seres queridos mayores de los crecientes peligros en línea.
La seguridad en internet es una responsabilidad compartida, y todos podemos desempeñar un papel en la protección de los miembros más vulnerables de nuestra sociedad.